Como métodos de investigación se siguió el concurso del MALI fue realizado en 2016. Fue un concurso abierto internacionalmente, cuya relevancia se encuentra en que representa el edificio de una forma cultural, tanto para Lima, como para nosotros. No se ha llevado a cabo otro concurso de esta envergadura desde el Lugar de la Memoria que fue en el 2009 (en el que también forme parte).

El concurso consistió en diseñar la nueva sala que se iba a ubicar al costado del edificio del Museo de Arte de Lima: MALI. Desde allí se mostraría todo el arte contemporáneo que no está ubicado en el edificio actual. Los puntos importantes a resaltar que estaban en las bases, eran que no solamente tenía que ser un espacio de exposición, sino también de educación como parte importante del programa, ya que el MALI es el único museo de Latinoamérica que tiene dos programas: museo y escuela de arte.

El programa consistía en desarrollar los siguientes ambientes: biblioteca, galerías (permanente y temporal), sala audiovisual, salones para la escuela, cafetería y depósito en un área de 6000 m2. Las bases tenían en consideración lo siguiente: 

• El diseño de una plaza pública conectada al metro y parque (lado posterior del palacio existente)
• Espacio Cívico.
• Nuevas visiones acerca de cómo el arte pudiera producirse y exhibirse en la ciudad.
• Revelar el rol de una ciudad más habitable y democrática.
• Edificio al ser la puerta de ingreso a Lima busca establecer un eje con los espacios públicos hacia el centro de Lima.
• Proyecto debajo de nivel y máximo 0.70 s.n
• Altura de 3 niveles como máximo.
• Propuesta eficiente en temas de energía y manejo de recursos.

El proyecto debía estar enterrado desde la cota cero. Nosotros tuvimos una discusión muy fuerte sobre ese tema y nos preguntamos: ¿cómo el arte contemporáneo, que es un bastante abierto y poli cultural, cuenta con bases relacionadas al arte pop y la educación – como otro estandarte del Mali –  podía estar bajo cero?.

Así como el punto anterior, se planteaba como altura máxima setenta centímetros encima de la cota cero. Por lo tanto, el edificio existente, que es un palacio neorrenacentista de 1870 con una imagen monárquica, no podía perjudicarse por otro edificio que podría tener la misma altura que él porque, según las normas del Ministerio de Cultura, no estaba permitido que alguien pueda crear un edificio mejor que ese (en todos los sentidos)..

Otro tema de discusión fue la conexión que tendría la nueva ala del Mali y la nueva línea 2 del Metro de Lima. Esta tendría su paradero justo en la esquina de Paseo Colón y 28 de Julio (antes Wilson). Teniendo en cuenta que actualmente este lugar concentra un flujo determinante como eje de conexión a diferentes lugares de Lima (Cono Este, Sur y Norte), a esto se suma la relación que tendría el edificio y el parque (que se encuentra detrás del Mali) y que además se tenía que remodelar.

La discusión se centró en no hacer el edificio enterrado, por lo tanto, no se respetaron las bases porque estaban yendo en contra de lo que también indicaron: “propuesta eficiente en temas de energía y manejo de recursos”. Quisimos hacer un proyecto serio, consideramos que hacer un buen proyecto no tenía que enterrarse porque esto generaría 72,000 mil m3 de movimiento de tierra que tendría que ser trasladada eventualmente a cualquier lugar de Lima, desarrollando una polución y un derroche económico importantes (por los 7,200 viajes de camiones que se tendrían que usar).