La madera es un producto que suele acompañar casi todos nuestros espacios. Se utiliza de forma muy concurrente para darle vida a la habitación o acompañarlo con elementos cómo escritorios, muebles de sala, etc. Tener un elemento de madera le puede brindar al espacio aires vintage, aunque combinado con los elementos adecuados, se puede optar por generar un ambiente moderno y clásico, sin embargo son necesarias algunas consideraciones antes de empezar a trabajar con pintura de madera.
El primer paso está referido a la ubicación de la madera: si se optará por un ambiente exterior o interior. Este punto es importante porque existen diversos tipos de madera que están hechos para soportar altos niveles de temperatura, cómo hay algunos que son adecuados para ambientes con lluvia y otros no. Toda madera utilizada debe contar con una pintura que se adecúe a la ubicación en la que se le delimite. Una buena opción es el barniz ya sea especial para exteriores, cómo para interiores.
El segundo paso, se refiere a elegir y delimitar el aspecto que buscamos generar en el proyecto final utilizando madera. Si deseamos un acabado mate, satinado, brillante, etc. De esto dependerá mucho los demás pasos a realizar.
Cómo tercer y último paso, se encuentra el color final a utilizar. Cómo sabemos, las combinaciones y opciones de colores son infinitas y están a libre disponibilidad para la imaginación y creatividad. Es necesario saber si es que la madera fue utilizada anteriormente con algún otro tipo de pintura, ya que al utilizar una nueva esta podría no adherirse de la forma esperada.
Una vez habiendo delimitado cada uno de los pasos para trabajar con madera, es necesario establecer también qué tipos de pinturas utilizaremos. Hay una pintura que es la base, que sirve para que la capa final se adhiera de mejor manera y lo más importante, proteja la madera. Se sugiere que siempre el color de base sea similar al color de la capa superior para no encontrar variaciones en el efecto de la madera.
Seguido a la base, se encuentran las lacas. Estas se caracterizan por su origen natural, que le brindan una gran resistencia y durabilidad a la madera. Es importante considerar que aportan un color ámbar al acabado. Tiene dos tipos los cuales son mate y brillante. Ambos aseguran un acabado liso y sin imperfecciones. El de tipo mate suele ser más grueso y el brillante cuenta con un mejor acabado, más resistente sobretodo en superficies complicadas cómo zócalos y puertas.
Si bien es de alta resistencia a golpes y arañazos, no se recomienda que se ubiquen en zonas expuestas a altas temperaturas cómo la cocina o productos con altos índices de químicos cómo una lavandería.
El esmalte es otro de los productos también empleados en madera para ampliar su resistencia. Entre sus tipos se encuentran el acrílico y el sintético. El primero se diluye en agua, y es súper práctico por su secado rápido y ligero aroma. Por el contrario, el esmalte sintético por contener más químicos tiene un proceso de secado distinto y mucho más lento, se espera un aproximado de 1 día para lograrlo. Sin embargo, es más resistente y cuenta con mayor elasticidad por lo que se adapta con facilidad a superficies más complicadas.
Una muy buena opción además de las mencionadas anteriormente, es utilizar sobre madera pintura al aceite. Esta cuenta con una versatilidad bastante completa, por lo que puede utilizarse en múltiples superficies. Sin embargo, cuenta con una menor resistencia al sol y al calor, por lo que se recomienda su uso en madera que esté ubicada en interiores.